Nota: Profesor Humberto Guglielmin. –
El día 18 de abril del 2024, se decidió un inoportuno e inaceptable aumento de sueldos de los senadores; fue votado por la totalidad de sus integrantes. El oficialismo, sin embargo, afirmó que: “los 7 senadores de La Libertad Avanza votaron en contra de este aumento”. La respuesta de Juliana Di Tullio, Senadora kirchnerista, fue terminante: “Todos los presentes votamos a favor de la actualización de las dietas, todos los Senadores y Senadoras de la Nación, de todos los bloques políticos que estuvimos presentes votamos a favor de la actualización de las dietas, incluso los que dicen que no lo hicieron o ahora quieren rechazarlo”.
Mientras el resto de los senadores callaba, ella salió a aclarar que … “no es verdad que se votó en secreto para que no quede registro”. Afirmó que se votó según el reglamento, que permite hasta votar por signos como insinuar distraídamente que levanta ligeramente una mano alejada del cuerpo (M, Lousteau) o poniéndose de pie; añadió que los que ahora dicen haber estado en contra bien podrían haber pedido constancia en actas de su oposición, y que nadie lo hizo. Nadie pidió que el voto fuera nominal… así se sabría qué había votado cada uno.
La votación fue escandalosamente desordenada y existen muy fundadas dudas sobre si llegó a alcanzarse la mayoría reglamentaria de los dos tercios. Nadie controló todos y cada uno de los votos. Sin embargo, desde que V. Villarruel comunica el inicio de la votación y el momento en que se declara que el aumento había sido aprobado pasaron solo 5 segundos. “Algo huele a podrido en Dinamarca”. W. Shakespeare, Hamlet.
Ahora los senadores pasarán a ganar en bruto más de 7,2 millones de pesos o sea más de 35 veces lo que cobra un jubilado de mínima. Y uno se pregunta ¿Cuáles son sus méritos? Llevamos más de 70 años de clara decadencia, y los sucesivos senadores no hicieron nada consistente para detenerla. Siendo así las cosas ¿son el Senado y los senadores realmente importantes? En su momento no frenaron ningún Golpe de Estado ni tomaron medidas firmes ante el crecimiento de la subversión y cuando todo estalló, indignados, pusieron el grito en el cielo… ahora no están haciendo nada realmente importante para frenar la expansión del poder narco que atemoriza algunas ciudades. ¿Qué esperan? ¿Que siga creciendo esta nueva forma de subversión hasta que todo vuelva a estallar? La impresión es que no quieren arriesgar sus ingresos y privilegios tomando medidas duras y necesarias pero impopulares, pues eso afectaría la posibilidad de su reelección y de mantener sus privilegios…
La senadora Di Tullio trató de justificar el aumento alegando que incide en el presupuesto nacional solo en un 0,34% y que “defiendo al Poder Legislativo, su función, su representación, sus miembros y su remuneración porque hace muchos años que la política dejó de ser potestad de las élites”. (¿?) ¡Impresionante! ¿Qué habrá querido decir?
¿No es consciente de que ella y “todos” –hasta que se demuestre lo contrario- los integrantes del Senado son parte de esas élites que dice condenar y que con estas medidas evidencian que no son “servidores de la nación” sino una casta superior e intangible que está al servicio de sí misma y de sus privilegios?
Respecto a la incidencia en el presupuesto nacional, ¿nunca pensaron en cuánto incide el sueldo de un médico, de un docente, de un militar, de un obrero o de un jubilado? ¿No les da vergüenza?
Este tipo de medidas desprestigian enormemente la democracia a los ojos de los que en este momento están sufriendo mucho. Y esto debería preocuparles. Todos debería poner el hombro, incluso “los Padres de la Patria”. Roma se hizo grande gracias a un Senado de gente austera, honesta e inteligente. En su decadencia, incluso Incitatus, el caballo preferido del emperador Calígula, fue nombrado Senador. El Senado había entrado en la intrascendencia.
Nota: Profesor Humberto Guglielmin
guglielmin.humberto@live.com