Nota: Profesor Humberto Guglielmin.-
EL DR. R. MOODY Y EL ESTUDIO DE LA MUERTE
Si bien es muy difícil establecer quiénes comenzaron las investigaciones sobre el mérito que podrían tener los muchísimos testimonios vividos por personas que estuvieron al borde de la muerte por algún accidente muy grave, o que directamente fueron declaradas clínicamente muertas por sus doctores, no cabe duda que el Dr. Raymond Moody, Jr. (en adelante Dr. R.M.) es uno de los más reconocidos por el nivel y rigurosidad de sus investigaciones. Veamos cómo comenzó su interés sobre este tema:
“En 1965, cuando era estudiante de filosofía en la Universidad de Virginia, conocí a un profesor de psiquiatría de la facultad de medicina. Desde el primer momento quedé sorprendido por su amabilidad y cordialidad, pero la sorpresa fue mayor cuando, posteriormente, me enteré que había estado “muerto” en dos ocasiones, con diez minutos de intervalo, y que hizo un fantástico relato de lo que le ocurrió en aquel estado. Más tarde le oí relatar su historia a un pequeño grupo de estudiantes interesados. Quedé muy impresionado, pero como carecía de capacidad para juzgar tales experiencias, me limité a archivarla, tanto en mi mente como en una cinta en la que había grabado la charla.”
“Unos años después, después de haber recibido el doctorado en filosofía, era profesor de una universidad del este de Carolina del Norte. En uno de los cursos mis alumnos leían el Fedón de Platón, obra en la que la inmortalidad es una de las materias discutidas. En las clases había enfatizado las otras doctrinas presentadas por Platón en el libro pasando por alto la discusión de la vida posterior a la muerte. Un día, al acabar la clase, un estudiante me detuvo para hablar conmigo. Le interesaba porque su abuela había “muerto” durante una operación y le contó una sorprendente experiencia. Le pedí que me hablara de ella y, para mi sorpresa, me relató casi la misma serie de acontecimientos que había oído al profesor de psiquiatría unos años antes.”
“A partir de ese momento mi búsqueda de casos se hizo más activa y comencé a incluir lecturas sobre la supervivencia humana a la muerte biológica, en mis cursos de filosofía. Decidí, sin embargo, no incluir en ellos las dos experiencias que me fueron relatadas, adoptando la prudente actitud de esperar y ver. Pensaba que si esos informes eran muy comunes llegaría a conocer más de ellos…expresaba una actitud de simpatía ante la cuestión y esperaba. Quedé realmente sorprendido cuando descubrí que, de cada clase de 30 alumnos, uno al menos venía a verme después de la clase y me comentaba una experiencia personal cercana a la muerte.”
“Lo que más me llamó la atención desde que se despertó mi interés, fue la gran similitud de las historias, a pesar del hecho de haber sido vividas por gente de muy diversos antecedentes religiosos, sociales y “culturales” etc.”
Para hablar con más fundamento decidió estudiar y matricularse en Medicina y en Psiquiatría. Con este bagaje de conocimientos comenzó a dar conferencias a médicos y también para el público. Al finalizar, en prácticamente todas estas conferencias, alguien se le acercaba para relatarle alguna historia relacionada con la muerte de algún conocido. Posteriormente fueron médicos los que le acercaban casos de personas que vivieron experiencias inusuales cuando estuvieron clínicamente muertos. Una de las consecuencias de sus notas escritas en diversos periódicos fue que el Dr. R. M. comenzó a recibir por correspondencia mucha más información sobre casos individuales.
Estas experiencias tenían como protagonistas a personas que habían sido declaradas clínicamente muertas por sus médicos y que transcurridos algunos minutos fueron reanimados, pero también la de algunos que estuvieron muy cerca de la muerte por algún accidente o enfermedad muy grave. Comenta el Dr. R.M. que la cantidad de testimonios fue tan numerosa que le obligó a hacer una selección y por eso realizó solo unas 50 entrevistas personales, aunque fueron muy detalladas y documentadas. Hoy día, los testimonios disponibles superan las decenas de miles, y la bibliografía y estudios sobre estas experiencias están cada vez más difundidos.
Hay que aclarar que junto con las investigaciones rigurosas y objetivas llevadas a cabo por instituciones de reconocido prestigio, han proliferado también las publicaciones “comerciales” cuyo fin es únicamente el lucro, disfrazado de objetividad.
SISTEMATIZACIÓN DE LOS RELATOS
Con todo el material reunido, el Dr. R.M. buscó hallar elementos que fueran comunes a todos o a la gran mayoría de esos relatos y con ellos redactó un recorrido hipotético compartido basado en los testimonios de aquellos que fueron declarados clínicamente muertos y que ofrecían garantías de seriedad y credibilidad. Una síntesis compartida de esos testimonios la redactó de esta manera:
“Un hombre está muriendo y, cuando llega al punto de mayor agotamiento o dolor físico, oye que su doctor lo declara muerto. Comienza a escuchar un ruido desagradable, un zumbido chillón, y al mismo tiempo siente que se mueve rápidamente por un túnel largo y oscuro. A continuación, se encuentra de repente fuera de su cuerpo físico, pero todavía en el entorno inmediato, viendo su cuerpo desde fuera, como un espectador. Desde esa posición ventajosa observa un intento de resucitarlo y se encuentra en un estado de excitación nerviosa.”
“Al rato se sosiega y se empieza a acostumbrar a su extraña condición. Se da cuenta de que sigue teniendo un “cuerpo”, aunque es de diferente naturaleza y tiene unos poderes distintos a los del cuerpo físico que ha dejado atrás. En seguida comienza a ocurrir algo. Otros vienen a recibirle y ayudarle. Ve los espíritus de parientes y amigos que ya habían muerto y aparece ante él un espíritu amoroso y cordial que nunca antes había visto -un ser luminoso-.”
“Este ser, sin utilizar el lenguaje, le pide que evalúe su vida y le ayuda mostrándole una panorámica instantánea de los acontecimientos más importantes. En determinado momento de encuentra aproximándose a una especie de barrera o frontera que parece representar el límite entre la vida terrena y la otra. Descubre que debe regresar a la tierra, que el momento de su muerte no ha llegado todavía. Se resiste, pues ha empezado a acostumbrarse a las experiencias de la otra vida y no quiere regresar. Está inundado de intensos sentimientos de alegría, amor y paz. A pesar de su actitud, se reúne con su cuerpo físico y vive.”
“Trata posteriormente de hablar con los otros, pero le resulta problemático hacerlo, ya que no encuentra palabras humanas adecuadas para describir los episodios sobrenaturales. También tropieza con las burlas de los demás, por lo que deja de hablarles. Pero la experiencia afecta profundamente a su existencia, sobre todo a sus ideas sobre la muerte y a su relación con la vida”.
OBSERVACIONES
El relato textual que acabamos de leer es un modelo del recorrido que, según la mayoría de los testigos, hacen las personas que caen en situación de muerte clínica. Es una abstracción hecha en base a relatos reales y el Dr. R.M. antes de describir brevemente cada uno de los pasos recorridos según ese modelo, hace algunas aclaraciones importantes:
a) Aunque existen sorprendentes similitudes, en algunos casos muy notables, ningún relato es completamente idéntico a los otros.
b) No hubo ningún relato que reuniera las 15 similitudes enumeradas en el relato modelo. Lo más común eran 8 coincidencias, y solo pocas llegaron a compartir 12 coincidencias.
c) Si bien ninguno de los testigos proporcionó las 15 coincidencias, algunas de ellas tienen carácter casi universal, se repite en casi todos.
d) Cada una de esas coincidencias ha aparecido en varios relatos. No existen relatos con una sola coincidencia.
e) El orden de los pasos descriptos en el modelo no es estricto, puede variar. Un paso puede ser anterior o posterior por ej.: el ser luminoso algunos lo vieron casi al comienzo de su proceso de muerte, otros más tarde. Sin embargo, el orden del modelo en general es válido.
f) Es importante el tiempo en que estuvieron clínicamente “muertos”. Los que lo estuvieron por un tiempo largo, dan un relato más vívido y completo que aquellos que solo vivieron la muerte por cortos instantes. Aquí hay que hacer notar que el tiempo de esa muerte no es el tiempo reloj. El tiempo que transcurre es el de la intensidad de sus vivencias, que normalmente tiene poco que ver con el tiempo reloj.
g) Algunos de los que fueron reanimados informaron “no recordar nada”.
LAS VIVENCIAS COMPARTIDAS SEGÚN LOS TESTIMONIOS
1) LA INEFABILIDAD
El diccionario de la Real Academia Española define esta palabra en forma muy certera al decir que es “aquello que no se puede explicar con palabras”. Y de eso se trata. Los que han vivido esta experiencia, no encuentran la forma adecuada para expresar en palabras la intensidad de lo que han vivido. Si nos resulta muy difícil describir lo que es un gran amor, con más razón resulta casi imposible encontrar las palabras que reflejen la intensidad de las experiencias vividas. No existen las palabras para ello. Este hecho es el que determina que la gran mayoría de los que han pasado por este trance prefieran no hablar.
2) OÍR LAS NOTICIAS
Muchos fueron los que afirmaron haber oído a los doctores o a alguno de los presentes, expresiones que daban a entender que ya había muerto. Una mujer con antecedentes cardíacos contó: “De repente, quedé paralizada por terribles dolores en el pecho. Era como si hubieran rodeado la mitad del pecho con una cinta de hierro y estuvieran apretando. Mi marido y un amigo común me oyeron caer y vinieron corriendo a ayudarme. Me encontraba rodeada por una profunda oscuridad y a través de ella oí a mi esposo diciéndome como desde una gran distancia, “¡esta vez ha sido definitivo!”
3) SENSACIONES DE PAZ Y QUIETUD
Un hombre que a raíz de una terrible herida en la cabeza ya no presentaba signos vitales, una vez repuesto contó que: “En el lugar de la herida noté una momentánea sensación de dolor, pero desapareció por completo. Sentí como si flotara en un espacio oscuro. El día era muy frío, y sin embargo mientras estaba en esa negrura, lo que sentía era calor y la sensación más agradable que había experimentado nunca…”
“Una mujer que fue reanimada después de un ataque cardíaco comenta: comencé a experimentar las más maravillosas sensaciones. Lo único que sentía era paz, comodidad: solo quietud. Todos mis problemas habían desaparecido. Y pensé: qué paz y quietud, nada me duele…”
“Un hombre recuerda: Tuve una gran y agradable sensación de soledad y paz…Era muy bello y sentía gran paz en mi mente.”
“Un hombre que *murió* tras las heridas recibidas en Vietnam me dijo: Mientras era herido sentí un gran alivio. No había dolor y nunca me había sentido tan relajado. Me encontraba a gusto y todo era agradable”.
En la próxima nota continuaremos describiendo brevemente algunas de las experiencias por las que pasaron la mayoría de los que compartieron su proximidad con la muerte según las investigaciones del Dr. Raymond Moody.
Tanto estos testimonios como los próximos están sacados del libro “Vida después de la vida” de Raymond A. Moody, Jr.
Nota: Profesor Humberto Guglielmin
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