Nota: Profesor Humberto Guglielmin. –
Continuamos comentando el libro “Vida después de la Vida” del Dr. Raymond A. Moody Jr. En esta parte veremos otras de las experiencias que, en las entrevistas con el autor, relataron la mayoría de las personas que fueron declaradas clínicamente muertas o que estuvieron en situación de muerte.
ENCUENTRO CON OTROS
Cuenta una mujer que a raíz de un parto muy difícil estaba en grave trance de muerte: “me di cuenta de la presencia de multitudes (de conocidos) flotando en el techo de la habitación. A todos los había conocido en mi vida pasada y ya habían muerto. Reconocí a mi abuela y a una compañera de escuela, así como a otros muchos parientes y amigos. Creo que sobre todo vi sus caras y sentí su presencia. Todos parecían complacidos. Era una ocasión de felicidad y sentí que habían venido para protegerme y guiarme. Era como si estuviera volviendo a casa y ellos se encontraban allí para darme la bienvenida. En ese tiempo tuve la sensación de que todo era luminoso y bello. Fue un momento glorioso.”
Escribe el Dr. Moody: “En algunos casos, los espíritus que encontraron no eran personas a las que hubieran conocido en la vida física. Una mujer me contó que durante su experiencia de separación del cuerpo no solo vio su propio y transparente cuerpo espiritual, sino el de otra persona que había fallecido recientemente… En unos cuantos casos, los entrevistados han llegado a creer que los seres con los que se encontraban eran sus *ángeles guardianes*…Una mujer me dijo que mientras estaba abandonando el cuerpo detectó la presencia de dos seres que se identificaron como *ayudantes espirituales*… En dos casos muy similares me hablaron de haber escuchado una voz que les decía que no estaban muertos y debían regresar (a la vida). Uno de ellos lo cuenta así: *Oí una voz. No era una voz de hombre, sino algo que está más allá de los sentidos. Me dijo lo que debía hacer -regresar- y que no debía sentir miedo por volver al mi cuerpo físico.*”
EL SER LUMINOSO
El elemento común más increíble y el que más impresión causó en las personas clínicamente muertas que estudió el Dr. Moody es la de su encuentro con una luz inicialmente débil, pero que crecería en intensidad hasta convertirse en un brillantísimo resplandor sobrenatural. No encuentran palabras para describirla; no daña a la vista, es blanca transparente y no impide ver las cosas que la rodean. Todos los que vieron esta luz no dudaron en afirmar de que se trataba de un ser luminoso, de un ser personal del que emanaba amor y calidez hacia la persona que estaba muriendo de tal manera que se sentía irresistiblemente atraída hacia ese ser.
El Dr. Moody observa que la identificación de ese ser luminoso varía según las creencias religiosas de esas personas; los que eran cristianos no dudaron en identificar a ese ser luminoso con Jesús. Algunos judíos lo identificaron como un ángel, como un emisario o guía espiritual. Por supuesto, ninguno de ellos representó a ese ser luminoso y a ese ángel de la forma en que los describen nuestros artistas, sobre nubes, tocando el arpa etc. Algún ateo afirmó simplemente que vio esa luz, sin más detalles.
Poco después de esa visión, les sorprendió que ese ser comenzara a comunicarse con quien estaba muriendo. No era una comunicación a través de palabras, era una transferencia directa y amorosa de pensamientos entre esa luz y el “cuerpo inmaterial” de la persona clínicamente muerta. Ese intercambio directo no se hacía en una lengua determinada y no había posibilidades de mala interpretación o de mentiras. Una vez recuperado, el moribundo en todos los casos se encontró con la absoluta incapacidad de traducir en palabras humanas adecuadas la intensidad de ese tan particular encuentro y diálogo.
A pesar de esto, algunos hicieron el esfuerzo de sintetizar en palabras el diálogo entre ese ser luminoso y el moribundo, y lo hicieron a través de preguntas como: ¿“estás preparado para morir”?, ¿“qué puedes enseñarme de lo que has hecho en tu vida”?, ¿“qué has hecho con tu vida que sea suficientemente bueno?” Algunas de esas preguntas se referían a si consideraba bueno el tipo de vida que había llevado hasta ese momento.
Esas preguntas, por más duras que fueran, no se hacían en tono condenatorio y la relación de amor entre esa luz y el moribundo no se resentía aún en los casos en que la respuesta era la de admisión de culpas. Los entrevistados interpretaron que el objetivo de esas preguntas no era el de sonsacar datos, sino el de que esas personas se formularan un profundo análisis de vida, para que de ahí en adelante eligieran el mejor camino.
Algunos testimonios: # “Oí a los doctores cuando dijeron que había muerto y comencé a sentir que estaba cayendo -en realidad era como si flotase- por aquella oscuridad, que era una especie de cápsula. Lo cierto es que no hay palabras para describirlo. Todo era muy negro salvo, a la distancia, esa luz. Era muy brillante, aunque no muy grande al principio. Crecía conforme me iba acercando a ella”.
“Trataba de llegar a esa luz, pues sentía que era Cristo. No era una experiencia atemorizadora. Al contrario, resultaba agradable hasta cierto punto. Inmediatamente conecté esa luz con Cristo, quien dijo *Yo soy la luz del mundo*. Me dije a mí misma: *Si es así, si voy a morir, ya sé lo que me espera al morir: esa luz.*”
# “Sabía que estaba muriendo y que nada podía hacerse, ya nadie podía oírme… Estaba fuera de mi cuerpo; no me cabía la menor duda, pues podía verlo en la mesa de operaciones. ¡Mi alma estaba fuera! Todo ello hizo que al principio me sintiera muy mal, pero entonces vino esa luz brillante. Parecía un poco apagada al principio, hasta que se convirtió en ese enorme haz. Era una tremenda cantidad de luz; no un gran foco brillante, mucho más. Me daba calor y me invadió una cálida sensación… Al principio, cuando la luz llegó, no estaba muy seguro de lo que ocurría, pero luego me preguntó – bueno, fue algo parecido a una pregunta- si estaba listo para morir. Era como hablar con una persona, aunque no había allí ninguna. La luz hablaba conmigo, sonoramente.”
“Pienso ahora que la luz que me hablaba comprendía que no estaba preparado para morir, que se trataba más de probarme que de otra cosa. Desde el momento en que la luz me habló me sentí muy bien; seguro y amado. No es posible imaginar ni describir el amor que llegaba hasta mí. Era agradable estar con esa persona…”
LA REVISIÓN
Los entrevistados estuvieron de acuerdo en que: “Es obvio que ese ser puede ver la vida del individuo y no necesita información”, y que su objetivo es provocar la reflexión, la revisión de su vida. Esa revisión de vida no se hacía en base a al recuerdo de nuestras conductas pasadas; era un recuento instantáneo, vertiginoso. Todos los entrevistados coinciden en que esa revisión equivaldría a apenas un instante terrestre. Es tan vívida que es inmediatamente percibida y reconocida, y despierta los sentimientos asociados a las imágenes que van pasando. En esa revisión estaban presentes todos los hechos de la vida, desde los más importantes a los más insignificantes. Algunos cuentan que gracias a esta revisión pudieron recordar hechos de su vida que ya habían pasado al olvido total; otros prefirieron interpretar esa revisión como un intento educativo por parte de ese ser luminoso para que priorizaran el amor al prójimo. Veamos un caso representativo:
# “Cuando apareció la luz, lo primero que me dijo fue: *¿Qué tienes que enseñarme de lo que has hecho en tu vida?* o algo parecido. En ese momento comienzan las visiones retrospectivas. Me pregunté qué estaba sucediendo, pues de repente había regresado a mi infancia. A partir de ese instante fue como si pasara desde mi primera infancia, año a año, hasta aquel momento… Las imágenes continuaron repasando mi vida y recordé cuando estaba en la escuela de niñas y fuimos al campo. Recordé muchas cosas sobre la escuela pública. Luego me encontré en la escuela superior… de allí pasé a otra escuela superior más avanzada, a la graduación y a los primeros años de universidad, en los que me encontraba en ese momento…” (A través de todos esos recuerdos, la luz) “seguía poniendo de relieve la importancia del amor. Los momentos en que me lo mostró mejor implicaban a mi hermana; siempre había estado muy cerca de ella. Vi algunos momentos en que había sido egoísta con ella, pero también otros en que la había amado y había compartido cosas. Me señaló que debía intentar hacer cosas para otras personas, que debía intentarlo al máximo. Sin embargo, no era una acusación ni nada que pudiera parecérsele. Cuando pasábamos por episodios en los que había sido egoísta, su actitud era que debía aprender de ellos… Solo me asustó enterarme de que no podía terminar todavía mi vida terrena. Con las visiones retrospectivas disfruté; era agradable.”
# “Mientras servía en Vietnam recibí varias heridas, más tarde me consideraron muerto a causa de ellas, aunque en todo momento era consciente de lo que estaba ocurriendo. Recibí seis impactos de ametralladora, pero no me sentí preocupado. Reviví en mi mente el instante en que fui herido. No estaba atemorizado y me sentía muy a gusto.”
“En el momento del impacto, mi vida pasó frente a mí como una película, regresé al tiempo en que era un niño, desde donde las imágenes fueron progresando a través de toda la vida. Puedo recordarlo todo, pues era muy vívido. Pasaba con gran claridad frente a mí. En poco tiempo pasé de las primeras cosas que podía recordar hasta aquel momento. No era nada desagradable y no me lamenté ni tuve sentimientos de culpa.”
“Si he de hacer una comparación, lo mejor que encuentro es una serie de cuadros; como diapositivas. Es como si alguien estuviese pasándome diapositivas a gran velocidad”.
# “Estaba en la cama y recuerdo haber intentado incorporarme para decirle a mi mujer que estaba muy enfermo, pero me resultó imposible moverme. Después me encontré en un hueco totalmente negro y las imágenes de toda mi vida pasaron frente a mí. Regresé a la época en que tenía seis o siete años y recordé a un buen amigo de la escuela pública. Pasé de allí a la escuela superior, al colegio, a mis estudios de dentista y a la práctica profesional.”
“Supe que estaba muriendo y recuerdo haber deseado dejar medios de mantenimiento a mi familia. Me inquietaba sentirme morir y que hubiese cosas que había hecho y lamentaba, así como otras que sentía haber omitido.”
“Diría que las imágenes de la visión tenían la forma de películas mentales, aunque eran mucho más vívidas que las normales. Solo vi los momentos cumbres y era tan rápido que daba la impresión de ver parte de toda mi vida y ser capaz de hacerlo en pocos segundos. Pasaba ante mí como una película en movimiento a tremenda velocidad, que sin embargo era capaz de ver y comprender totalmente. No había tiempo para que las emociones volvieran con las imágenes.”
“No vi nada más durante la experiencia. Salvo las imágenes, todo era oscuridad. Sin embargo, todo el tiempo sentí la presencia de un ser amante, enormemente poderoso.”
En la próxima nota el Dr.Moody nos describirá otras dos experiencias o visiones compartidas por la gran mayoría de las personas entrevistadas que estuvieron clínicamente muertas o en situaciones de muerte. Una se referirá a la visión de “La frontera o Límite” (con el más allá) que no traspasaron, y la otra a la experiencia del “Regreso” (a la vida en el más acá).
Nota: Profesor Humberto Guglielmin
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